02 Jul Mujer y bicicleta, un vehículo de empoderamiento
La historia de las mujeres y la bicicleta es una historia fascinante que ha demostrado cómo este simple vehículo se convirtió en un símbolo de empoderamiento para muchas mujeres a lo largo del tiempo.
A fines del siglo XIX, la bicicleta comenzó a ganar popularidad en muchos países occidentales. Inicialmente fue considerada como un vehiculo para hombres, ya que se creía que las mujeres no podían manejarla debido a su falta de fuerza física y a las estrictas normas sociales de la época que limitaban la movilidad y la independencia de las mujeres.
Sin embargo, algunas mujeres desafiaron esas normas y comenzaron a montar en bicicleta. En la década de 1870, se formó en Inglaterra la Asociación Ciclista de Mujeres, que abogaba por el ciclismo femenino y luchaba por su reconocimiento como una actividad válida para las mujeres.
A medida que más mujeres se aventuraban a montar en bicicleta, la bici se fue convirtiendo en un medio de transporte que les daba independencia. Muchas mujeres encontraron en la bicicleta una forma de escapar de las restricciones sociales y de ganar autonomía en sus vidas. Podían moverse con mayor libertad, desplazarse a distancias más largas y participar en actividades que antes eran inaccesibles para ellas.
Este empoderamiento a través de la bicicleta se extendió a diferentes ámbitos. En términos de moda, las mujeres abandonaron los voluminosos vestidos y las faldas largas que dificultaban la movilidad y adoptaron prendas más prácticas como el pantalón que también era polémico en la época
Además, la bicicleta también se convirtió en una herramienta para promover la igualdad de género y los derechos de las mujeres. Durante el movimiento sufragista en la primera mitad del siglo XX, las mujeres ciclistas participaron en marchas y protestas, usando la bicicleta como un símbolo de su lucha por el voto y la igualdad.
En la actualidad, la bicicleta continúa siendo una forma de empoderamiento para las mujeres en muchos aspectos. Promueve la salud y el bienestar físico, brinda una alternativa sostenible de transporte y fomenta la confianza y la independencia personal. Muchas mujeres ciclistas encuentran en ella una forma de superar barreras culturales y sociales, y participan activamente en comunidades ciclistas donde se sienten valoradas.
La historia de las mujeres y la bicicleta demuestra cómo este simple medio de transporte ha sido capaz de romper barreras, desafiar estereotipos y brindar a las mujeres una autonomía y empoderamiento.
Hoy en día, todavía existen diferencias de género en el uso de la 
bicicleta que sigue siendo bastante masculino, aunque las mujeres van conquistando rápidamente el espacio. Actualmente en algunos espacios y asociaciones se trabaja el uso de la bicicleta para romper el sesgo y fomentar la igualdad de género al montar en bicicleta y fomentar la sororidad sobre ruedas. Todavía queda trabajo en rebatir los mitos que pesan sobre la bici y las mujeres que la usan. Las mujeres en bici se enfrentan con particularidades como actitudes de mansplaining, acoso sexual o paternalismo que, tienden a socavar la confianza en su capacidad para usar la bici.